Primavera Adelante – Retroceso: Horario de Verano
Evento bianual de horario de verano en el que todos sentimos que estamos perdiendo o ganando una hora de sueño, dependiendo de cómo vaya el reloj. Algunos de nosotros lo tememos, algunos de nosotros lo amamos, y algunos de nosotros no podemos recordar si se supone que debemos avanzar o retroceder. Pero no importa cómo se sienta acerca del horario de verano, una pregunta que surge a menudo es si realmente ahorra energía o no.

Primero, retrocedamos un poco y hablemos sobre el horario de verano. En el hemisferio norte, el horario de verano (DST) comienza el segundo domingo de marzo y finaliza el primer domingo de noviembre. Durante el horario de verano, los relojes se adelantan una hora para que haya más luz de día por la tarde y menos por la mañana. La idea detrás del horario de verano es que al cambiar las horas de luz podemos ahorrar energía y reducir la necesidad de iluminación artificial.
Pero, ¿realmente funciona? Bueno, la respuesta es complicada. Algunos estudios han sugerido que DST efectivamente ahorra energía, particularmente cuando se trata del uso de electricidad para iluminación. Un estudio de 2008 realizado por el Departamento de Energía de EE. UU. encontró que el horario de verano redujo el uso de electricidad en aproximadamente un 0,5 % por día, lo que puede no parecer mucho, pero puede sumar ahorros significativos con el tiempo. Otro estudio realizado por la Comisión de Energía de California en 2010 estimó que DST ahorró al estado alrededor de 2000 gigavatios hora de electricidad por año, lo que equivale a la cantidad de electricidad utilizada por unos 200 000 hogares en un año.
Por otro lado, también hay estudios que sugieren que es posible que DST en realidad no ahorre energía, o que los ahorros de energía sean mínimos en el mejor de los casos. Un estudio de 2007 realizado por la Oficina Nacional de Investigación Económica encontró que, si bien el horario de verano redujo el uso de electricidad para iluminación, también aumentó el uso de energía para calefacción y refrigeración. El estudio concluyó que el efecto neto del horario de verano en el consumo de energía era esencialmente cero. Otro estudio de la Universidad de California, Santa Bárbara, en 2016, descubrió que el horario de verano en realidad puede aumentar el uso de energía en algunas áreas, debido al mayor uso del aire acondicionado durante las horas extendidas del día.
Entonces, ¿cuál es el veredicto? ¿El horario de verano ahorra energía o no? La respuesta depende... Los efectos del horario de verano en el consumo de energía pueden variar según una serie de factores, como la geografía, el clima y el comportamiento individual. En algunas áreas, el horario de verano puede generar ahorros de energía significativos, mientras que en otras, el impacto puede ser insignificante o incluso negativo.
Pero independientemente de si el horario de verano ahorra energía o no, no se puede negar que se ha convertido en una querida tradición para muchas personas. Ya sea que sea una persona mañanera a la que le encanta levantarse con el sol o un ave nocturna que aprecia esas largas tardes de verano, hay algo en el ritual bianual de ajustar el reloj que captura nuestra imaginación colectiva. ¡Tan feliz horario de verano!